"La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo" Nelson Mandela

jueves, 19 de junio de 2014

Balance sobre lo aprendido

Para terminar este curso, ya que empezamos todo esto diciendo como podría ser la escuela que queremos, me gustaría acabar analizando y llegando a la conclusión de cómo podría ser, respecto a todo lo que hemos ido viendo durante estos meses.

En primer lugar, una escuela que se adapte a las características y circunstancias de cada alumno y familia. Todo el mundo tiene derecho a recibir una buena educación y no ser “castigado” a no poder estudiar lo que se desea por el simple hecho de nacer en uno u otro ambiente. Deberíamos posicionarnos en contra de lo que la LOMCE intenta construir y hacer que todo vaya a mejor.
También muy importante es que cada alumno, posea una educación basada en su proceso, es decir, no todos tienen las mismas habilidades ni el mismo ritmo de aprendizaje es por eso que no podemos tratar que todos los niños sean iguales.

Además dotar a los alumnos de buenas herramientas y estrategias para la utilización de las TICs que cada vez están siendo más fundamentales en nuestra vida cotidiana. Porque creo que no sirve de absolutamente nada poseer elementos si no se utiliza de forma innovadora y por innovadora me refiero a no hacer lo mismo con ellas que con las herramientas tradicionales. Hay que ir dotando a los alumnos de actividades nuevas, que fomenten la motivación del alumno, ya que forma parte de las funciones del maestro y las ganas de aprender. Con seguir un libro durante el curso, en mi opinión no se llega a nada. Digo que no se llega a nada, porque no creo ni que se aprenda, o ¿es que nos seguimos acordando de todo lo que supuestamente aprendimos en primaria? No, y si lo hubiésemos aprendido de otra forma, tal vez nos hubiese servido para algo más que hoy en día.


Para todo ello, es fundamental que tanto profesores como padres y madres estén trabajando de manera cooperativa para que se de una buena enseñanza. En mi escuela del futuro, los profesores no serán simples enciclopedias que transmiten conocimientos, es una labor mucho más compleja. Además deben realizar un aprendizaje permanente, porque no se puede enseñar con las mismas formas de hace 20 años, la sociedad cambia,  y con ello la metodología. Con actividades vistas en clase, hemos observado que esto no es fácil y que conlleva un montón de tiempo, pero es que eso es uno de los sacrificios que deben hacen los maestros, en mi opinión.

Hemos hablado muchas veces sobre el trabajo de evaluar a los alumnos y en los últimos trabajos en clase, sobre la actividad que cada grupo debía realizar nos dimos cuenta que es imposible calificar a cada alumno. Cuanto más educativa sea la actividad, menos se podrá evaluar. Como ya hemos dicho que cada alumno es diferente, ¿cómo pretendemos ponerle una nota a cada alumno? ¿Sobre qué nos tenemos que regir? Es por ello, que veo una tontería el tener que calificar como mejor o peor el progreso de un alumno.


Para finalizar, después de este curso, hemos podido ver tópicos como por ejemplo que si no se califica no se trabaja, y creo que queda más que demostrado que no es así, ya que nosotros mismos lo hemos experimentado.

lunes, 16 de junio de 2014

Terminando el curso

Bueno, pues ya hemos llegado al final del primer curso… y ahora toca observar y analizar como nos hemos ido sintiendo respecto a la asignatura.

Para ello, con una serie de caras expuestas en clase, había que identificarse con dos y las mías son:
La primera, sin ninguna duda la cara 8, porque para mí significa inquietud, no saber muy bien como iba todo. Recordando el primer día de clase, cuando oímos decir al profesor que no había examen y que estábamos todos aprobados, ninguno sabíamos que estaba pasando allí. No sabíamos si se trataba de una broma o si todo aquello era tan perfecto como parecía. Ninguno sabíamos como pensaba evaluarnos el profesor y estábamos muy perdidos con respecto a la asignatura.
De repente, nos encontramos que teníamos que escribir un blog, que no sabíamos cómo ni que escribir en él, unos cuantos de artículos para leer y algunas entrevistas a realizar. También observábamos que el profesor parecía que muchas veces no quería ayudarnos sobre como hacer la entrevista o que poner en el blog, pero sin nosotros saberlo, nos estaba ayudando.
Ahora, a mi parecer hemos llegado todos a saber bastantes cosas para aplicar en un futuro y que no todo tiene que seguir las mismas direcciones siempre. Sobre todo, no hacer las cosas porque “siempre se han hecho asi”.

La segunda cara con la que me identifico es la 7, porque representa satisfacción. Aunque pensaba que no llegaría nunca a entender el funcionamiento de las clases, poco a poco he ido viendo el significado de todo. He ido aprendiendo muchas cosas que pondré en práctica cuando sea docente, y sobre todo a dejar atrás la escuela tradicional.

viernes, 9 de mayo de 2014

Sobre evaluación

¿Por qué nos tiene que importar tanto una simple calificación?
Después de estas semanas debatiendo sobre la evaluación, he llegado a algunos aspectos que la verdad, nunca antes me había planteado, como por ejemplo, la objetividad de las notas. 
La mayoría del profesorado piensa que si hace un examen, con unas cuantas preguntas iguales para todos, sobre lo enseñado esas semanas, podrán llegar así a un conocimiento objetivo de lo que esos alumnos han aprendido, pero...¿es eso cierto?
Queda comprobado que no. Después de muchos años estudiando, cuando me hacen un examen con unas cuantas preguntas sobre cosas que hemos dado mil veces y que deberíamos saber como nuestro propio nombre, resulta que no se ni la mitad. ¿Y tantos años para esto? Algo falla...
Y así es, estamos acostumbrados a estudiarnos de memoria unas cuantas páginas, para luego llegar y soltarlas de golpe en un papel, que más tarde calificarán. Pero es que aún no se el propósito de ello. ¿No sería mejor aprender de una forma mucho más amena y así luego recordarlo? pero no, siempre estamos en clase con la tensión de: esto cae, esto no cae, y es que así no se puede aprender.

Ahora deberíamos plantearnos sobre si esa calificación sirve para algo, porque después de tantos años aun no se en que se diferencia un siete de un ocho, bueno si, que el ocho siempre será sinónimo de que te sabes más, pero ¿ante los ojos de quién?
En mi opinión, a un niño no se le puede obligar a que este todo el día en competición para sacar más nota, porque no creo que sea justo eso de que se puntúe solo y exclusivamente su memoria. 
¿Quién puede medir que verdaderamente te sepas todos los contenidos?
Hay muchísimas cosas que afectan a los exámenes y por ello, creo que sería más útil evaluar al alumno viendo su evolución y su aprendizaje de una manera continua y general, y no solo comprobándolo semana a semana tras un examen.
Estoy 100% de acuerdo con Fernando García Gutierrez sobre la forma de evaluar a los alumnos y es que no hay nadie mejor que ellos mismos para saber lo que han aprendido o no.

Respecto al tópico dado en clase sobre que si a un niño no se le puntúa no trabaja, pienso que la mayor responsabilidad para que esto no se cumpla es del docente, ya que si haces de una clase un ambiente divertido donde aprender siempre será un trofeo, la nota no importará lo más mínimo. 
Estoy segura que si a un niño le enseñas cosas con un fin que no sea escribirlo más tarde en el examen, ese alumno se interesará muchísimo más por aprender y comprender las cosas, ya que estará viendo que realmente esta aprendiendo.

Como conclusión a todo esto, estoy segura que si todos los docentes se uniesen para estudiar esta forma de evaluar, muy pocos aceptarían el calificar de forma numérica a sus alumnos en vez de ver su progreso en una visión general, y así en unos años los niños verdaderamente habrán aprendido en la escuela.

sábado, 5 de abril de 2014

La motivación en la escuela

Motivar a los alumnos, una de las tareas más complicadas como emocionante que puede llegar a tener un buen profesor.Lo primero que debería de plantearse un profesor al preparar sus clases es: ¿Cómo hacer que pasen un buen rato en clase y que encima aprendan? pero claro, es una tarea difícil cuando a veces ni los mismos profesores hacen el trabajo de preparar lo que van a dar al día siguiente. Es mucho más sencillo ceñirse a un libro de texto, en el que puedas mandar unos ejercicios y así los alumnos estén callados el máximo tiempo posible.

 En mi opinión, todo profesor cuando comienza a estudiar la carrera, piensa en buscar el motivar a los alumnos a que quieran asistir a sus clases y sobre a todo a que deseen aprender más de él, pero que cuando llevan unos años ejerciendo su trabajo, se acomodan y simplemente tratan de pasar el rato lo más rápido y cómodo posible.
 Estoy totalmente de acuerdo con lo que Rousseau afirmó "Despertad en el niño el deseo del saber, y ya no tendréis que preocuparos de nada más". Un niño con ganas de aprender es el arma más fuerte que existe y nadie se esta preocupando por ello. Deberíamos pensar en quienes son los verdaderos culpables de que no exista motivación en el alumno, ¿padres?, ¿profesores?, ¿asignaturas?. Yo creo que es un cúmulo de cosas y que no solo es culpa de los profesores.
 Con respecto a las asignaturas, en mi opinión no creo que debamos dejar de dar asignaturas importantes para el desarrollo de nuestro cuerpo y mente para que los niños se interesen. Todos los niños deben aprender unas matemáticas o conocimiento del medio, la cuestión es que tanto profesores como padres se unan para que eso sea algo agradable. No estoy nada de acuerdo con que al niño se le deba enseñar solo lo que a el le guste o le llame la atención, un niño debe aprender ciertas cosas porque son beneficiosas para él.

 Para ello, hoy en día se dice mucho del uso de las Tic pero ¿de verdad están sirviendo para algo? Deberíamos, como futuros profesores darnos cuenta de que el tener una pizarra digital y utilizarla tal y como se lleva haciendo desde siempre con las tradicionales no sirve para absolutamente nada. Innovar es cambiar la metodología de hacer las cosas, no sirve de nada tenerlo todo, si no se sabe utilizar. Además sería muy beneficioso que se utilizasen y bien, porque así los niños tendrían mas autonomía y no sería todo tan controlado. La mayoría de las veces, en mi opinión los niños se aburren y no están motivados porque pretendemos tenerlos tan controlados y manejados que no son capaces de investigar por ellos mismos.

Por todo ello, deberíamos de empezar a pensar si estamos llevando a los niños por el camino de la motivación.  Y sobre todo, deberíamos tener en cuenta que si nosotros, que seremos futuros maestros no tomamos iniciativa para cambiar la forma de enseñar, ¿cómo lo van a hacer profesores acomodados en sus mesas, que se sacaron la carrera hace años?

viernes, 28 de febrero de 2014

"Una ley sin vocación de futuro"

En el artículo leído "una ley sin vocación de futuro" sobre la LOMCE, se redacta tal y como la mayoría pensamos. ¿Cómo pretenden poner en marcha una ley educativa, en la que todo el mundo se mantiene en desacuerdo?

En mi opinión, las leyes educativas deberían ser consensuadas y aprobadas por una gran mayoría de la población y sobre todo por las personas que realmente se ven afectadas por ello. La LOMCE ha contado con muchísimas manifestaciones en contra, y estos hechos han sido ignorados por completo en lugar de hacer una valoración total de lo que nuestra educación necesita. Estamos acostumbrados a que las leyes educativas varíen según el partido político que gobierne y así es totalmente comprensible que nuestra educación no posea unas bases acertadas.

Con esta ley estamos volviendo a épocas tan antiguas en la que solo tienen derecho a estudiar los que se lo puedan permitir, y yo creo que la educación se debe centrar sobre todo en los niños deseosos de aprender cada día más y no en las competiciones de quien es mejor que quien, que al fin y al cabo es eso lo que están pretendiendo. En ningún momento han observado lo que de verdad necesita nuestra sociedad, ni han valorado si es mejor o peor la existencia de continuos exámenes que evalúen y clasifiquen al niño. Cuando creíamos haber acabado con las leyes franquistas, nos damos cuenta de que en realidad, hemos vuelto a ellas.

Como conclusión, deberíamos reflexionar sobre si queremos una escuela en la que se premie la competitividad en lugar de la cooperación, en la que todo este evaluado por exámenes y no se preste atención a los verdaderos valores e intereses del alumno. No todos poseemos las mismas características ni circunstancias y nuestro gobierno debería ser consciente de ello a la hora de medir nuestras oportunidades en la educación.